miércoles, 1 de junio de 2016

NO ESTAMOS LOCOS, SON MOROS Y CRISTIANOS


Siempre me he preguntado qué se le puede pasar por la cabeza a un visitante que, por cualquier motivo, visite Elda en los últimos días previos a las Fiestas de Moros y Cristianos sin tener la menor idea de que nuestra ciudad se prepara para sus días grandes.

A todas luces, hay estampas con las que uno se tropieza por las calles de nuestra ciudad durante estos días que, cuanto menos, resultan curiosas. No creo que resulte muy habitual en ninguna localidad encontrarse con pilas de sillas amontonadas en cada esquina. ¿Acaso el ayuntamiento las pone al servicio de los ciudadanos para que aquellos que las necesiten se las puedan llevar a sus casas?

Superadas las 11 de la noche de cualquier día entre semana, tampoco considero que sean muchos los lugares en los que más de 300 locales, algunos aparentemente comerciales, tengan sus persianas levantadas, sus puertas entreabiertas y desde el interior se escapen pegadizos sones musicales.

Y, si, casualmente, pasa por delante de la puerta de cualquier tintorería de la ciudad, muy probablemente se tope con alguna persona saliendo de ella, portando varias perchas de las que cuelgan extraños y coloridos atuendos de los que seguramente se cuestionaría su fin y uso.

“¿Por qué algunos hombres llevan barbas tan extrañas e, incluso, peinados?”, se preguntaría también al ver a algunos hombres con barbas repletas de filigranas o con pelos que son más propios de un set de cine.

Si, fortuitamente, ese visitante estuviese de paso en nuestra ciudad el miércoles o, incluso el jueves de Moros, y tuviese que moverse por la ciudad en coche, seguramente se quedaría extrañado al ver limitado su movimiento por la ciudad por multitud de obstáculos en una calle sí y en otra también.

Y el colmo de los colmos sería si ese visitante aterriza en la Plaza del Ayuntamiento y descubre que, en vez del Ayuntamiento, lo que tiene delante de sus narices es un enorme castillo de madera plantado en medio de la plaza.

Desde luego, después de haber coleccionado estampas como estas, el visitante en cuestión podría pensar que en nuestro pueblo estamos un poco locos o, cuanto menos, somos algo raritos. Pero lo que no sabe es que, cuando llegan las Fiestas de Moros y Cristianos, Elda se transforma y que la frase que más veces se oye repetida estos días en boca de los eldenses es: “ya lo vemos después de Moros”, porque de lo que tenemos ganas es de entregarnos a disfrutar de la fiesta, la emoción y la diversión. Y, sí, quizá viéndolo desde esa perspectiva estamos un poco locos, pero locos por nuestra Fiesta de Moros y Cristianos.