TIEMPO DE MONAS

El Pantano, El Arenal, La Tía Gervasia,… ¡Cuántas veces habré oído hablar a mis padres de estos lugares típicos de Elda y Petrer! Y es que forman parte de los recuerdos más entrañables de su infancia y su juventud. En sus tiempos, durante los días festivos de Pascua, cuando eso de viajar no era tan habitual y el viaje más lejano era hasta Alicante para pasar el día en la playa, la costumbre era irse a comer la mona a algunos de estos sitios, tradición que se compartía en familia y entre amigos.

Te confieso que hoy “comerse la mona” sigue siendo una de mis momentos favoritos de la Semana Santa. Cuando se acercan los días de Pascua, estoy deseando entrar a alguna de las panaderías de toda la vida (El Música, San Blas, Aracena, Herrero, Juanito, Cañete, El Horno, Marga,…), oler ese aroma característico de una mona recién horneada y, todavía caliente, llevármela a mi casa para comérmela con una buena onza de chocolate. ¡Qué placer!

Tan arraigada está la costumbre de la mona de Pascua en nuestra cultura mediterránea, que incluso en nuestra Comarca del Alto, Medio y Valles del Vinalopó, la Asociación Provincial Panadería y Pastelería de Alicante organiza un Concurso de Monas de Pascua que este año celebra su X Aniversario.

Aunque muchos de los lugares que siempre recuerdan mis padres ya han pasado a la historia (por suerte algunos de ellos, como El Arenal, tuve la suerte de conocerlos en mi más tierna infancia), hoy todavía hay quien sigue manteniendo viva la tradición de irse a comerse la mona a alguno de los parajes naturales de nuestro entorno. Hay quien opta por irse directamente a algún merendero como San Crispín, en Elda, o Ferrusa, Caprala, Rabosa o el Xorret de Catí, en Petrer; quien prefiere aventurarse directamente en la montaña. Estos últimos suelen optar por Bolón, Camara, Bateig o el “Pocico Alonso”, en Elda, o la Sierra de Caballo, el Cid, el Rincón Bello, los Chaparrales… en Petrer; y quien, teniendo casa de campo, pasa estos días de mona en ella. 

En las fechas en las que estamos, yo todavía no tengo claro qué voy a hacer en Semana Santa, pero lo que seguro que no me va a faltar en mis meriendas son las tradicionales monas de Pascua, buenas onzas de chocolate y rica longaniza de Pascua de Pinoso. Y espero que mis hijos no me casquen muchos huevos en mi frente, costumbre muy asociada a la mona.